miércoles, 27 de noviembre de 2013

Finde Kalisiano

¿Qué decir del pasado fin de semana? Por fin era el momento de mis churritas de venir a visitar Manchester. Sabía que iba a ser bueno pero era mejor no poner el listón muy alto (por si acasooo). No obstante, superó todas nuestras expectativas con creces.

La espera en el aeropuerto se me hizo eterna. Sé que solo salieron una media hora más tarde pero no podía aguantar para verlas después de dos meses sin hacerlo. Pensaréis que no es mucho, pero como me dijo Teresa M: "desde primero de infantil nunca habíamos estado tanto tiempo sin estar juntas".
Por fin cogimos el tren, con unas ganas locas de empezar a cenar y prepararnos para salir a lo grande. Pero antes que nada, había que pasar por "el control" de la puerta de mi residencia -imaginaos a siete chicas, seis de ellas con maletas, entrando a la vez-, sin problemas al final. Subimos, y lo primero que dicen todas es que en el pasillo de fuera olía a "sopa de cebolla", que será porque llevo ya aquí tiempo pero vamos, que a mi no  me olía a nada. 

Una vez ya en el piso y tras dejar las maletas nos empezamos a preparar y a hacer la cena. Había que ir de tres en tres a cambiarse, mi habitación era una locura, y otra eran las pizzas, que tenían que ir de dos en dos. Así que, cómo no, había que ir comiendo poquito a poco, todo esto mientras hinchábamos los dos colchones donde algunas de ellas iban a dormir. 

¡Y comienza la fiesta! Esperábamos ser unos veinte, y los fuimos. Tocaba beber ginebra, aunque mis queridas Mónica y Teresa se cogieron unos buenos Riojas. ¿El problema? No teníamos abre-botellas pero cuando ya conseguimos abrirlas y ya estábamos bebiendo veo que algo flota en el vino... ¡un palillo de la coreana! Total,que bebíamos, nos lo pasábamos bien, no había más que risas, y ya decidimos salir. Íbamos en un estado mmm digámoslo así, "gracioso". Por fin llegamos a la discoteca y allí fue una locura, cada una por un lado, pérdidas de dni, intentos de "saltos" al río, caídas por un suelo demasiado "resbaladizo" -y no tanto-, y sobre todo diversión, muuuucha diversión. 

Volvemos a casa, pasando cómo no por el McDonnald's - sé que siempre te acordarás de ese "sándwich de fuego" Cristina- y lo primero que ocurre al llegar, a las 4.30 de la mañana, es que la alarma suena. De verdad, ¿a las 4.30 de la mañana? ¿qué narices hace la gente? En fin, no comments. Nos esperaba un día intenso al día siguiente de turisteo y tocaba dormir, así que cada una a sus puestos - cuatro en el salón, que parecía un camping- y a intentar descansar.

Ya el sábado duchas por turnos, iba para largo, pero salimos hacia las 12, lo cual, aunque no lo creáis, para ser siete chicas, haber salido el día anterior y haber estado tan..."alegres", no está nada mal. Y qué deciros, andamos, nos pusimos al día, y como estábamos las siete no podía ser de otra forma que pasárnoslo bien, hablar de nuestro "trend topic" - lo echaba de menos- y hacer tonterías varias.

Por la tarde era necesario descansar así que relativamente pronto nos fuimos para la resi, nos tiramos en los colchones y alguna que otra se durmió (¡menuda juventud! :P). Pero por la noche había que salir aunque fuera un poco, y fuimos a un barrio que podemos calificar como bohemio. Por fin encontramos un pub y nos pedimos, como buenas españolas, unas cervezas. Sin embargo, poco a poco algunas personas nos iban mirando y ahí es cuando me di cuenta de que, no entiendo por qué, los ingleses consideran que las mujeres que beben rubias son lesbianas. Empezamos con la coña hasta que un hombre se acerca y nos pregunta que si era un local gay. ¡De locos! Total, que seguimos bebiendo y otros se nos acercan diciendo algo así como "hermano pollo" - vamos, eso entendimos tras diez veces que lo repitieron-, y uno de ellos, muy "amable" él, iba con tal cogorza que nos invitó a chupitos, pero tras muchas risas el tío ya se pasó y pasó de tener gracia, aunque al menos ya nos echaban del bar - a la 1 de la mañana gente, ¡aprovechad en España!. 

Solo nos quedaba el domingo ya. Aprovechamos a hacernos muchas fotos y a ver el mercado navideño. Mmm el mercado navideño, lleno de delicias, dulces, chocolate, crêpes... el paraíso. Y tras comer en un restaurante de comida basura no se nos ocurre otra cosa que ir a saborear estas exquisiteces. ¿Qué pasó? Que al final no podíamos ni ver la comida. Eso sí, ¡menuda crêpe! jajaja

Poco y mucho más que contar. Nos despedimos en el aeropuerto y allí yo lloré, mucho. Finalmente decir que por supuesto, las sigo echando de menos, a cada una de ellas -en ningún momento he dejado de hacerlo- y que las quiero mucho, porque Teresa, Teresa, Cristina, Isabel, Mónica y Cristina hacen que mi vida sea mejor, incluso estando a 2000 km. Y por último darles las gracias, porque han hecho que el último fin de semana sea el más maravilloso que he pasado desde que estoy de Erasmus.

sábado, 19 de octubre de 2013

19 de octubre

¡Hola gente! Llevo muchísimo sin escribir, pero no os creáis que ha pasado demasiado por aquí. En realidad, prácticamente estoy viviendo la misma vida que en España, solo que en otro idioma :P Todo el día con trabajos y lecturas, pero sí, los fines de semana fiesta. Un Erasmus en Reino Unido es otra historia.

He estado en Liverpool, he visitado Leeds y en semana y media estaré en Edimburgo. ¿Pero sabéis lo mejor? No es que Manchester tenga muchas cosas que visitar, pero es que no he visto ni la mitad. Suele pasar cuando vives en una ciudad, que, sin quererlo, al final no sacas el máximo partido de ella. ¡Intentaré que esto cambie!

Me parece muy triste que no tenga mucho que contaros aquí, o a lo mejor es que estoy poco inspirada para escribirlo todo. ¡A ver si los 21 (que los cumplo en tres días) me traen cosas nuevas y os las cuento!

La próxima vez más, y por supuesto, mejor.


lunes, 30 de septiembre de 2013

30 de septiembre

Ya se acaba septiembre. Ya llevo casi tres semanas en Manchester ¿quién lo diría?
No estoy actualizando el blog tanto como debería, pero la pereza me puede. En la última semana han pasado muchas cosas, y una parte importante de ellas ha sido, como podréis imaginar, surrealista/extraña/fuera de lo normal. 

Una de las cosas más graciosas fue cuando sonó la alarma de incendios. Bueno, esperad, ¿una? jajaja Dos, fueron dos veces. El sábado tras la excursión a Liverpool (de la que luego hablaré) por fin llego a la resi, cansada, con ganas de sentarme y estar tirada en mi habitación sin hacer nada especial, y de repente, empieza a pitar la alarma. Imaginaos a un grupo de chicas asustadas, que no sabían lo que pasaba, bajando desde el octavo piso y yo mientras maldiciendo la situación... ¡porque estaba cansada! jajaja. Y ayer, otra vez, eso sí, con toda la calma cogí las llaves, el móvil, apagué el ordenador... porque sabíamos que no sería nada. Así que si alguna vez es de verdad ya ni nos lo creeremos. (Consejo: NO FUMÉIS DENTRO, INSENSATOS, SALTA LA ALARMA Y OS PONEN MULTA!!)

¿Qué más? Por ejemplo el jueves, teníamos fiesta Erasmus con Dj Yayo (sí, así como lo oís) y antes bebimos en nuestro piso. Pensad en un grupo de españoles, con unos pakistaníes, una chica de Chipre y otra Coreana, que después en la discoteca se junta con otro grupo de unos chicos de Arabia Saudí. Sí, esa es nuestra multiculturalidad, ¡y todavía faltaba gente!

Y en Liverpool. Oh, ¡mi amado Liverpool! No hicimos mucho, dar vueltas por la ciudad, pero es genial ir por las calles e ir recordando los momentos que pasé por allí hace dos años. Ir a la Cavern y cantar Let it be, pasar por en frente de la resi, al lado del karaoke... 
Pero lo mejor de todo fue entrar a la iglesia sin tejado, esa iglesia en la que entonces no entré, pero donde estaban poniendo a la Mala Rodríguez y había un grupo de... llamemosles perroflautas, pintando, fumando... y no, no penséis que lo digo de forma despectiva, porque lo que nos pusimos a hacer nosotros fue casi lo mismo, pintar, como si fuéramos niños.

Seguramente me hayan pasado más cosas pero ahora mismo tengo que centrarme un poco y ponerme con los mil readings que nos mandan en esta universidad, ¡porque no os creáis que todo es diversión!

Otro día más, ¡y espero que mejor!

sábado, 21 de septiembre de 2013

21 de septiembre.

¡Holaaaaaa! ¡No penséis que ya me he olvidado de vosotros! Han sido unos días de diversión, todo hay que decirlo. ¡Pero había que aprovechar porque en dos días empiezo las clases!

Creo que desde que estoy en Manchester no ha habido ninguna noche de fiesta "normal". Todas han sido un tanto surrealistas. ¿Por qué no empezamos por el pasado miércoles? Irene y yo salimos a tomar unas cervezas. No sabíamos ni dónde pero acabamos en un supuesto bar donde echan el fútbol y poco más. Pero no. Allí conocimos a unos españoles, que acababan de conocer a unos árabes que nos empezaron a invitar a chupitos. Así, sin más. Así que, una noche de cervezas se convirtió en una pseudo "noche de fiesta", donde más de la mitad de la gente era española.

¿El día siguiente? Más fiesta. Esta vez fiesta Erasmus "latina". Salimos todo españoles (más nuestra amiga francesa) y apareció de nuevo el árabe. Así que de nuevo ronda de chupitos, ¡pero para todos los que estábamos allí! Y después en vez de subirnos a casa cuando cerraron el club nos pusimos a hablar con unos ingleses y fuimos a su piso a comer pizza. Sí, surrealista es la palabra.

Pero no creáis que todo es fiesta y que no hago más con mi vida. Vamos a museos, alguna reunión... aunque, ¡qué coño! es la freshers week y hay que disfrutarla.

martes, 17 de septiembre de 2013

17 de septiembre.

¡Hola gente! Una vez más me da por escribir. Se acerca a la semana desde que salí de Segovia y tengo que decir que para nada está defraudando. Sí, es cierto que os echo de menos a muchos de vosotros, y que he dejado un poquito de mí allí, pero como he estado todo el tiempo ocupada no lo noto tanto. Ya veréis que cuando empiece las clases será diferente :)

¿Qué contaros? Puedo empezar por el hecho de que hasta ayer no teníamos ni platos ni cuchillos, así que nuestra comida se basaba en unas cutre-bandejas de plástico y solo cosas que pudieran tomarse con tenedor. También que las luces del salón no funcionan y el de recepción nos dio cinco lámparas de estudio para poder iluminarlo, de las cuales una ya ha desaparecido y otra se cayó, así que nos quedamos sin bombilla. La secadora también está rota, pero nos dijeron que ese no es su problema sino de la compañía... así que ya puedo empezar a buscar un tendedero porque no voy a pagar más.

Ya tenemos más compañeros en el apartamento. Bueno, ya estaban, pero no se hacían notar jaja. Ayer vino una chica de Barcelona y cuando llegamos estaba hablando con el pakistaní, así que nos pusimos todos a charlar y acabamos diciendo que salíamos juntos de fiesta esa noche. Sí, lunes. Lunes, pero desfase total de los ingleses. A las 12 ya estaban todos borrachos como cubas, e incluso es tarde ¿eh?

Por la mañana también conocimos a unas chicas españolas y cada vez se va haciendo el grupo más grande, porque por la tarde además trajeron a otros dos. Ya estamos invitadas como a tres fiestas durante esta semana, y otras tantas la próxima. Así que, como veis, todo muy bien. ¡Excepto que en dos semanas estaré arruinada! jajaja

¡Ah! creo que no os lo dije pero otra cosa que está rota es mi ventana. No cierra del todo pero hoy, POR FIN, han puesto la calefacción. Sí, leéis bien, calefacción. Se supone que todavía estamos en verano y hay un tiempo similar al que haría en España a finales de octubre, o incluso noviembre. Pero bueno, supongo que todo es acostumbrarse.

¡Ya os iré contando más anécdotas! ;)

domingo, 15 de septiembre de 2013

15 de septiembre

Las cosas van mejorando. En realidad, excepto lo de las maletas y la mierda de hostal el resto es genial. En tres días hemos conocido a muchísima gente y de sitios muy diversos. Los ingleses son más reticentes a hablar pero sí que nos hemos encontrado con algunos "very nice".

Irene y yo vivimos en un apartamento de ocho habitaciones dentro de una residencia. Hasta ayer solo había un chico portugués y como si no estuviera porque parecía que estábamos totalmente solas en la casa y temíamos no tener a más gente, pero hoy ya han llegado de momento una chipriota, otra de Omán y un pakistaní. Muy multicultural todo.

Y cómo no contaros nuestra primera experiencia erasmus de la fiesta inglesa. Ayer hacía un frío que se aproxima al invierno español y las inglesas sin medias y enseñando todo, pero bueno, ellas verán. ¿Alguno ve Geordie Shore? Os juro que no se aleja mucho de la realidad. Y eso sí, se arreglan para salir de fiesta como si tuvieran una boda. De locos.

Lo mejor de ayer es que conocimos a unos españoles que trabajan para el Manchester City y seguramente nos consigan entradas para algún partido. Envidia, ¿eh?

No tengo mucho más que contar ahora mismo, pero recordad que esto acaba de empezar y todavía queda mucho erasmus por relatar ;).

jueves, 12 de septiembre de 2013

12 de septiembre

El camino hasta Manchester ha sido arduo y difícil. Llevar dos maletas de más de 20 kg cada una no ayuda, pero menos alguna clase de impedimentos con la que nos hemos encontrado desde Heathrow hasta esto que podemos llamar "hostalcillo", aunque no se merece ese nombre.

El avión perfecto, medio vacío, llegando a Londres antes de lo esperado. Las maletas igual, salieron las primeras y nada más llegar a recogerlas. Desde aquí ya sabéis que teníamos que ir hasta el centro de Londres, a Victoria Coach Station, para coger el bus a Manchester. Genial que llegáramos antes de tiempo ¿no? HAHAHA Pues no.Vamos a comprar los billetes de metro y el "señor" que nos lo iba a vender nos quería cobrar 20 libras, y cómo no, le dijimos que si no había una alternativa más barata, y el "gracioso" nos dijo:¡ah! ya sabía yo que necesitabais algo más barato, ¡se ve de dónde venís!. Vamos, que los españoles somos los pobres de Europa y más que confirmado. Ya cogemos el metro y nuestras maletas ruedan por el vagón, otras se caen... un verdadero show.

Nos toca hacer transbordo y menos mal que se cogía en frente porque en una estación supuestamente adaptada para minusválidos ni siquiera había un ascensor. Total, que por fin llegamos a Victoria y nos toca subir más escaleras con las maletas colgando. Peeero gracias a esos chicos tan simpáticos, ahora sí, que nos ayudaron a subirlas. En serio, gracias. Y también gracias al señor que nos lanzó un piropo. Lo mejor de todo el día.

Seguimos deambulando por las calles de Londres y llegamos a la estación más lujosa de todo el Reino Unidos. JA. Ni un baño abierto, ni una maquina expendedora, NADA. Entonces tras una hora de espera ya cogimos el bus, donde tuvimos bronca con el conductor porque, a pesar de haber pagado dos billetes cada una para poder meter las dos maletas, el hombre no lo entendía. ¡Ah claro! a todo esto hay que añadir que mi cuello estaba muy jodido y cada vez que tiraba de una maleta me quedaba medio paralizada sin poder moverme. Así que imaginaos cómo fue el viaje en el autobús. Cinco horas tiesa sin poder dormir y hasta al bostezar o toser me moría de dolor. Además, olía fatal, cada hora se encendía una luz y había gente rara con música y que no paraba de hablar.

Ya llegamos a nuestro destino: Manchester. A las 7 de la mañana, con una niebla que no se veía a dos pasos y sin encontrar un taxi. Aparece uno para una chica, pero como el conductor no sabía dónde tenía que ir, la mandó a la mierda y nos lo cedió a nosotras. Un poquito de suerte no nos venía mal.

Claro, hasta las 14 h no podíamos entrar en el "hostalcillo" (un poco más tarde era difícil, ¿no?) así que oye, gracias por permitirnos dejar las maletas y no tener que cargar con ellas durante 7 horas.

Así que, 7 horas haciendo tiempo, algunas de ellas robando wifi del McDonalds y cuando al fin se hacen las 14 volvemos al "hostalcillo". Tras tanto tiempo, pensábamos que lo primero que haríamos era darnos una ducha y tirarnos en la cama. Pero no. ¡Qué cosas tenemos! Venía lo peor del día, y ya es difícil. Un "hostalcillo" cutre, sin ascensor, todo escaleras, horrible, el recepcionista sin ayudarnos (joven viril y fuerte) y nosotras sin poder cargar con ellas. Pero algo más tenía que pasar: la ducha sin alcachofa y ni un sobrecito de champú.

Y bueno, aquí estamos, en este sitio hortera a más no poder, con el cuello y las espaldas jodidas y riendo por no llorar. ¡Eeeh! ¡y todavía no ha acabado el día!